miércoles, 15 de junio de 2016

LA DENOMINACIÓN EVANGELICA PENTECOSTAL.

LA DENOMINACIÓN EVANGELICA PENTECOSTAL.
Conoce Ud.su origen?
Pentecostés de Hechos 2 se ha repetido alguna vez después que el ultimo profeta ( Juan ) fue a la presencia del SEÑOR?
Con las mismas características?
Hechos 2Nueva Versión Internacional (NVI)
El Espíritu Santo desciende en Pentecostés
2 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos. Se les aparecieron entonces unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
Estaban de visita en Jerusalén judíos piadosos, procedentes de todas las naciones de la tierra. Al oír aquel bullicio, se agolparon y quedaron todos pasmados porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma. Desconcertados y maravillados, decían: «¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en su lengua materna? Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia, 10 de Frigia y de Panfilia, de Egipto y de las regiones de Libia cercanas a Cirene; visitantes llegados de Roma; 11 judíos y prosélitos; cretenses y árabes: ¡todos por igual los oímos proclamar en nuestra propia lengua las maravillas de Dios!»
12 Desconcertados y perplejos, se preguntaban: «¿Qué quiere decir esto?» 13 Otros se burlaban y decían: «Lo que pasa es que están borrachos.»
Pedro se dirige a la multitud
14 Entonces Pedro, con los once, se puso de pie y dijo a voz en cuello: «Compatriotas judíos y todos ustedes que están en Jerusalén, déjenme explicarles lo que sucede; presten atención a lo que les voy a decir. 15 Éstos no están borrachos, como suponen ustedes. ¡Apenas son las nueve de la mañana! 16 En realidad lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel:
17 »“Sucederá que en los últimos días —dice Dios—,
    derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
    tendrán visiones los jóvenes
    y sueños los ancianos.
18 En esos días derramaré mi Espíritu
    aun sobre mis siervos y mis siervas,
    y profetizarán.
19 Arriba en el cielo y abajo en la tierra mostraré prodigios:
    sangre, fuego y nubes de humo.
20 El sol se convertirá en tinieblas
    y la luna en sangre
    antes que llegue el día del Señor, día grande y esplendoroso.
21 Y todo el que invoque el nombre del Señor
    será salvo.”
22 »Pueblo de Israel, escuchen esto: Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes con milagros, señales y prodigios, los cuales realizó Dios entre ustedes por medio de él, como bien lo saben. 23 Éste fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios; y por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz. 24 Sin embargo, Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque era imposible que la muerte lo mantuviera bajo su dominio. 25 En efecto, David dijo de él:
»“Veía yo al Señor siempre delante de mí,
    porque él está a mi derecha
    para que no caiga.
26 Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua;
    mi cuerpo también vivirá en esperanza.
27 No dejarás que mi vida termine en el sepulcro;
    no permitirás que tu santo sufra corrupción.
28 Me has dado a conocer los caminos de la vida;
    me llenarás de alegría en tu presencia.”
29 »Hermanos, permítanme hablarles con franqueza acerca del patriarca David, que murió y fue sepultado, y cuyo sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy. 30 Era profeta y sabía que Dios le había prometido bajo juramento poner en el trono a uno de sus descendientes. 31 Fue así como previó lo que iba a suceder. Refiriéndose a la resurrección del Mesías, afirmó que Dios no dejaría que su vida terminara en el sepulcro, ni que su fin fuera la corrupción. 32 A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. 33 Exaltado por el poder de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen. 34 David no subió al cielo, y sin embargo declaró:
»“Dijo el Señor a mi Señor:
    Siéntate a mi derecha,
35 hasta que ponga a tus enemigos
    por estrado de tus pies.”
36 »Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.»
37 Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:
—Hermanos, ¿qué debemos hacer?
38 —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo. 39 En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.
40 Y con muchas otras razones les exhortaba insistentemente:
—¡Sálvense de esta generación perversa!
La comunidad de los creyentes
41 Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. 42 Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. 43 Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles. 44 Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: 45 vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno. 46 No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, 47 alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.


Hechos 2Nueva Traducción Viviente (NTV)
La llegada del Espíritu Santo
2 El día de Pentecostés,[a] todos los creyentes estaban reunidos en un mismo lugar. De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados. Luego, algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas,[b] conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad.
En esa ocasión, había judíos devotos de todas las naciones, que vivían en Jerusalén. Cuando oyeron el fuerte ruido, todos llegaron corriendo y quedaron desconcertados al escuchar sus propios idiomas hablados por los creyentes.
Estaban totalmente asombrados. «¿Cómo puede ser? —exclamaban—. Todas estas personas son de Galilea, ¡y aun así las oímos hablar en nuestra lengua materna! Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia de Asia, 10 de Frigia, Panfilia, Egipto y de las áreas de Libia alrededor de Cirene, visitantes de Roma 11 (tanto judíos como convertidos al judaísmo), cretenses y árabes. ¡Y todos oímos a esta gente hablar en nuestro propio idioma acerca de las cosas maravillosas que Dios ha hecho!». 12 Quedaron allí, maravillados y perplejos. «¿Qué querrá decir esto?», se preguntaban unos a otros.
13 Pero otros entre la multitud se burlaban de ellos diciendo: «Solo están borrachos, eso es todo».
Pedro predica a la multitud
14 Entonces Pedro dio un paso adelante junto con los otros once apóstoles y gritó a la multitud: «¡Escuchen con atención, todos ustedes, compatriotas judíos y residentes de Jerusalén! No se equivoquen. 15 Estas personas no están borrachas, como algunos de ustedes suponen. Las nueve de la mañana es demasiado temprano para emborracharse. 16 No, lo que ustedes ven es lo que el profeta Joel predijo hace mucho tiempo:
17 “En los últimos días —dice Dios—,
    derramaré mi Espíritu sobre toda la gente.
Sus hijos e hijas profetizarán.
    Sus jóvenes tendrán visiones,
    y sus ancianos tendrán sueños.
18 En esos días derramaré mi Espíritu
    aun sobre mis siervos —hombres y mujeres por igual—
    y profetizarán.
19 Y haré maravillas arriba en los cielos
    y señales abajo en la tierra:
    sangre, fuego y nubes de humo.
20 El sol se oscurecerá,
    y la luna se pondrá roja como la sangre
    antes de que llegue el grande y glorioso día del Señor.
21 Pero todo el que invoque el nombre del Señor
    será salvo”[c].
22 »Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret[d] al hacer milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben; 23 pero Dios sabía lo que iba a suceder y su plan predeterminado se llevó a cabo cuando Jesús fue traicionado. Con la ayuda de gentiles[e] sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron; 24 pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio. 25 El rey David dijo lo siguiente acerca de él:
“Veo que el Señor siempre está conmigo.
    No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.
26 ¡Con razón mi corazón está contento,
    y mi lengua grita sus alabanzas!
    Mi cuerpo descansa en esperanza.
27 Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos[f]
    ni permitirás que tu Santo se pudra en la tumba.
28 Me has mostrado el camino de la vida
    y me llenarás con la alegría de tu presencia”[g].
29 »Queridos hermanos, ¡piensen en esto! Pueden estar seguros de que el patriarca David no se refería a sí mismo, porque él murió, fue enterrado y su tumba está todavía aquí entre nosotros; 30 pero él era un profeta y sabía que Dios había prometido mediante un juramento que uno de los propios descendientes de David se sentaría en su trono. 31 David estaba mirando hacia el futuro y hablaba de la resurrección del Mesías. Él decía que Dios no lo dejaría entre los muertos ni permitiría que su cuerpo se pudriera en la tumba.
32 »Dios levantó a Jesús de los muertos y de esto todos nosotros somos testigos. 33 Ahora él ha sido exaltado al lugar de más alto honor en el cielo, a la derecha de Dios. Y el Padre, según lo había prometido, le dio el Espíritu Santo para que lo derramara sobre nosotros, tal como ustedes lo ven y lo oyen hoy. 34 Pues David nunca ascendió al cielo; sin embargo, dijo:
“El Señor le dijo a mi Señor:
    ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,
35 hasta que humille a tus enemigos
    y los ponga por debajo de tus pies’”[h].
36 »Por lo tanto, que todos en Israel sepan sin lugar a dudas, que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, ¡Dios lo ha hecho tanto Señor como Mesías!».
37 Las palabras de Pedro traspasaron el corazón de ellos, quienes le dijeron a él y a los demás apóstoles:
—Hermanos, ¿qué debemos hacer?
38 Pedro contestó:
—Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo. 39 Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para los que están lejos,[i] es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios.
40 Entonces Pedro siguió predicando por largo rato, y les rogaba con insistencia a todos sus oyentes: «¡Sálvense de esta generación perversa!».
41 Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total.
Los creyentes forman una comunidad
42 Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor[j]), y a la oración.
43 Un profundo temor reverente vino sobre todos ellos, y los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y maravillas. 44 Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían. 45 Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad. 46 Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad,[k] 47 todo el tiempo alabando a Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos.

Qué significa….16 En realidad lo que pasa es lo que anunció el profeta Joel, es decir, esa profecía se cumplió en ese mismo instante!!!. No es necesario que se vuelva a repetir los vers.17 al 18, el resto es para un tiempo futuro.
Existe algún registro o referencia en la historia después de la Iglesia primitiva?
Por favor lea con atención la verdad que escribieron los padres de la Iglesia y verdaderos siervos del SEÑOR acerca de este tema tan importante para la Iglesia actual:
Tradicionalmente, los carismáticos han reconocido que los dones milagrosos de
la iglesia del primer siglo cesaron en algún momento de la historia de la iglesia
primitiva. En lugar de argumentar que los dones continuaron a lo largo de los
siglos, afirman en cambio que estos volvieron en 1901, cuando Agnes Ozman
supuestamente habló en lenguas. Los que sostienen este punto de vista a menudo
apelan a «la lluvia temprana y tardía» de Joel 2.23, insistiendo en que la lluvia
temprana estuvo representada por la venida del Espíritu en Pentecostés y la
tardía constituyó un segundo derramamiento del Espíritu en el siglo veinte. Sin
embargo, ellos fallan en darse cuenta de que, el contexto de Joel 2, versículo 23,
es una promesa sobre precipitaciones literales durante el reino milenario. La lluvia
temprana se refiere a la lluvia de otoño y la tardía a la de primavera. En el
contexto, Joel estaba explicando que en la tierra milenaria estas dos lluvias caerán
«como al principio». Su punto era que, debido a la bendición de Dios durante ese
tiempo futuro, los cultivos y la vegetación crecerán en abundancia. Los siguientes
versículos (vv. 24–26) aclaran muy bien este punto. Así que la lluvia temprana y
la tardía no tienen nada que ver ni con el día de Pentecostés ni con el
movimiento pentecostal moderno. Basar todo un movimiento en una
tergiversación intencional de un pasaje es oneroso.
Reconociendo el engaño de esa posición tradicional, otros carismáticos han
intentado trazar una línea de dones milagrosos que continuó a lo largo de la
totalidad de la historia de la iglesia. Para hacer esto, o bien tienen que redefinir
los dones a fin de que encajen en los relatos históricos (de forma muy parecida a
como redefinen los dones para adaptarlos a las experiencias modernas), o se ven
obligados a alinearse con grupos marginales como los montanistas, los radicales
extremos de la Reforma, los cuáqueros, los shakers, los jansenistas, los irvingitas,
o incluso sectas como los mormones. No obstante, algunos continuacionistas
insisten en que la posición carismática ha sido normativa de toda la historia de la
iglesia y son los cesacionistas los que representan un nuevo enfoque de la vida
cristiana. Varios incluso han ido tan lejos como para afirmar que el cesacionismo

es un producto del racionalismo naturalista de la Ilustración.
Este apéndice, por lo tanto, pretende ayudar a aclarar las cosas. No solo
prueba que el cesacionismo no fue un producto de la Ilustración, sino también
demuestra la forma en que los líderes prominentes a lo largo de la historia de la
iglesia han entendido la enseñanza bíblica sobre este tema tan importante.
¿Cuáles fueron sus conclusiones con respecto a la perpetuación de los dones de
revelación y milagros de la era apostólica? Sea usted el juez.
JUAN CRISÓSTOMO (c. 344–407)
[Refiriéndose a 1 Corintios 12:] «Este tema es muy oscuro, pero la oscuridad se
produce por nuestra ignorancia de los hechos referidos y su cesación, siendo tal
como entonces solía ocurrir, pero sin tener ahora ya lugar».1
AGUSTÍN (354–430)
«En los primeros tiempos, el Espíritu Santo descendió sobre los creyentes y
hablaron en lenguas que no habían aprendido, según el Espíritu les daba que
hablasen. Estas fueron señales que se adaptaron a ese tiempo. Tal anuncio del
Espíritu Santo en todas las lenguas tuvo lugar para mostrar que el evangelio de
Dios iba a proclamarse por medio de todos los idiomas a lo largo y ancho de toda
la tierra. Esto fue una señal, y luego desapareció».2
«Porque, ¿quién espera en estos días que las personas a quienes se les imponen
las manos para que reciban el Espíritu Santo deban inmediatamente empezar a
hablar en lenguas? Sin embargo, se entiende que de forma invisible e
imperceptible, a causa del vínculo de la paz, el amor divino es derramado en sus
corazones, para que sean capaces de decir: “Porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”».3
TEODORETO DE CIRO (c. 393–c. 466)
«En otros tiempos a los que aceptaron la predicación divina y fueron bautizados
para su salvación se les dio señales visibles de la gracia del Espíritu Santo que

obraba en ellos. Algunos hablaron en lenguas que no conocían y nadie les había
enseñado, mientras que otros realizaron milagros o profetizaron. Los corintios
también hicieron estas cosas, pero no utilizaron los dones como debían haberlo
hecho. Estaban más interesados en mostrarlos que en su uso para la edificación
de la iglesia […] Incluso en nuestro tiempo la gracia se le ofrece a los que son
juzgados dignos del santo bautismo, pero no puede asumir la misma forma que
tenía en aquellos días».4
MARTÍN LUTERO (1483–1546)
«En la iglesia primitiva, el Espíritu Santo fue enviado de manera visible. Él
descendió sobre Cristo en la forma de una paloma (Mateo 3.16), y en la
semejanza del fuego sobre los apóstoles y otros creyentes (Hechos 2.3). Este
derramamiento visible del Espíritu Santo era necesario para el establecimiento de
la iglesia primitiva, como lo fueron también los milagros que acompañaron el don
del Espíritu Santo. Pablo explicó el propósito de estos dones milagrosos del
Espíritu en 1 Corintios 14.22: “Las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino
a los incrédulos”. Una vez que la iglesia se estableció y anunció debidamente por
medio de estos milagros, el aspecto visible del Espíritu Santo cesó».5
«Cada vez que escuche a alguien presumir de que tiene algo por inspiración del
Espíritu Santo y esto no encuentre ningún fundamento en la Palabra de Dios, no
importa lo que sea, le digo que esa es la obra del diablo».6
«Lo que no tiene su origen en las Escrituras es sin duda del mismo diablo».7
JUAN CALVINO (1509–1564)
«Aunque Cristo no dice exactamente si deseaba que [el obrar milagros] fuera un
don ocasional, o uno que permaneciera en su iglesia para siempre, es más
probable que los milagros solo se prometieran para ese tiempo, a fin de brindarle
luz al nuevo y hasta ese entonces desconocido evangelio […] Ciertamente vemos
que su uso cesó poco después [de la era apostólica], o por lo menos resultaban
tan raros que es posible deducir que no fueron igual de comunes en todas las

edades. Fue debido a la codicia absurda y el egoísmo de los que siguieron [en la
historia posterior de la iglesia], que se inventaron mentiras vacías con el fin de no
mostrar una total falta milagros. Esto le abrió la puerta de par en par a las
mentiras de Satanás, permitiendo no solo que los delirios tomaran el lugar de la
fe, sino que hombres sencillos se salieran del camino recto con el pretexto de las
señales».8
«Ese don de sanidad, como el resto de los milagros que el Señor quiso mostrar
por un tiempo, se ha desvanecido con el fin de hacer que la nueva predicación
del evangelio sea maravillosa por siempre».9
JOHN OWEN (1616–1683)
«Los dones que en su propia naturaleza exceden todo el poder de todas nuestras
facultades, esa dispensación del Espíritu, hace mucho que cesaron, y cualquiera
que ahora los finja puede con justicia ser sospechoso de una ilusión entusiasta».10
THOMAS WATSON (1620–1686)
«Claro, hay tanta necesidad de ordenación hoy como en la época de Cristo y el
tiempo de los apóstoles, siendo que los dones extraordinarios de la iglesia ahora
cesaron».11
MATTHEW HENRY (1662–1714)
«Lo que estos dones fueron en general se nos explica en el cuerpo del capítulo [1
Corintios 12], a saber, oficios y poderes extraordinarios, otorgados a los ministros
y cristianos en los primeros siglos, para la convicción de los no creyentes y la
propagación del evangelio».12
«El don de lenguas fue un nuevo producto del Espíritu de profecía y dado por
una razón particular, que los límites judíos fueran derribados y todas las naciones

pudieran ser llevadas a la iglesia. Ese y otros dones de profecía, siendo una señal,
hace tiempo que han cesado y fueron puestos a un lado, y no tenemos ningún
apoyo para esperar el resurgimiento de ellos; sino, por el contrario, se nos dirige a
considerar a las Escrituras la palabra profética más segura, más segura que las
voces del cielo, y somos dirigidos a prestarles atención, escudriñarlas y aferrarnos
a ellas, 2 Pedro 1.19».13
JOHN GILL (1697–1771)
«En los primeros tiempos, cuando se otorgó el don de hacer milagros, no fue
dado a todos, solo a algunos, y ahora no hay nadie que lo posea».14
JONATHAN EDWARDS (1703–1758)
«En los días de su carne [de Jesús], sus discípulos tenían una medida de los
dones milagrosos del Espíritu, permitiéndoles enseñar y hacer milagros. Sin
embargo, después de la resurrección y la ascensión, tuvo lugar el derrame más
completo y extraordinario del Espíritu con sus dones milagrosos, comenzando el
día de Pentecostés, luego de que Cristo resucitara y ascendiera al cielo. Y como
consecuencia de esto, no solo aquí y allá una persona extraordinaria recibió estos
dones extraordinarios, sino que eran comunes en la iglesia, y así continuó durante
toda la vida de los apóstoles, o hasta la muerte del último de ellos, el apóstol
Juan, que tuvo lugar alrededor de cien años después del nacimiento de Cristo, de
modo que los primeros cien años de la era cristiana, o el primer siglo, fue la
época de los milagros.
»No obstante, poco después de eso el canon de las Escrituras se completó
cuando el apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis poco antes de su muerte, y
estos dones milagrosos ya no continuaron en la iglesia. Ahora se había
completado una revelación escrita establecida de la mente y la voluntad de Dios,
en la que Dios había registrado por completo una norma permanente y suficiente
para su iglesia en todas las edades. Y debido a que la iglesia y la nación judías
habían sido depuestas, y la iglesia cristiana y la última dispensación de la iglesia
de Dios establecidas, los dones milagrosos del Espíritu ya no eran necesarios, por
lo que cesaron; ya que a pesar de que habían continuado en la iglesia por algunos
años, luego pasaron, y Dios hizo que terminaran porque no había ninguna
ocasión futura para ellos. De este modo se cumplió lo dicho por el texto: “Las
profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará”. Y ahora

parece haber llegado el fin de todos estos frutos del Espíritu, y no tenemos
ninguna razón para esperar que ellos aparezcan nunca más».15
«Los dones extraordinarios del Espíritu, como el don de lenguas, milagros,
profecías y otros, se llaman extraordinarios porque los tales no se dan en el curso
de la providencia de Dios. No se otorgan en la forma de la providencia ordinaria
de Dios para sus hijos, sino solo en ocasiones extraordinarias, ya que fueron
otorgados a los profetas y apóstoles a fin de que pudieran revelar la mente y la
voluntad de Dios antes de que el canon de las Escrituras estuviera completo, y
del mismo modo a la iglesia primitiva, para la creación y el establecimiento de
esta en el mundo. Sin embargo, ya que el canon de las Escrituras se ha
completado y la iglesia cristiana se encuentra plenamente fundada y establecida,
estos dones extraordinarios han cesado».16
JAMES BUCHANAN (1804–1870)
«Los dones milagrosos del Espíritu han sido retirados desde hace tiempo. Se
utilizaron para un propósito temporal. Eran los andamios que Dios empleó para la
construcción de un templo espiritual. Cuando ya no se necesitó el andamiaje, fue
derribado, pero el templo sigue en pie, y está ocupado por su Espíritu que mora
en nosotros, pues como está escrito: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que
el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3.16)».17
ROBERT L. DABNEY (1820–1898)
«Después que se estableció la iglesia primitiva, ya no existía la misma necesidad
de señales sobrenaturales, y Dios, que nunca desperdicia sus recursos, los retiró
[…] Los milagros, si llegaran a ser ordinarios, dejarían de ser milagros, y los
hombres podrían referirse a ellos como leyes habituales».18
CHARLES SPURGEON (1834–1892)
«Querido hermano, honre al Espíritu de Dios como honraría a Jesucristo si
estuviera presente. Si Jesucristo morara en su casa, usted no lo ignoraría, no

continuaría con sus negocios como si no estuviera allí. No pase por alto la
presencia del Espíritu Santo en su alma. Le ruego, no viva como si no hubiera
oído que hay un Espíritu Santo. Ofrézcale su adoración constante. Reverencie al
augusto invitado que ha tenido a bien hacer de su cuerpo su morada sagrada.
Ámelo, obedézcale, adórele.
»Tenga cuidado de no imputar las vanas imaginaciones de su fantasía al
Espíritu Santo. He visto al Espíritu de Dios deshonrado vergonzosamente por
personas —y espero que estuvieran locas— que han dicho que esto y aquello le
ha sido revelado por Dios. En los últimos años no ha habido una sola semana en
la que no me hayan molestado con las revelaciones de hipócritas o maníacos.
Algunos medio lunáticos son muy aficionados a venir a verme con mensajes del
Señor para mí, y les ahorraría algunos problemas si les digo de una vez por todas
que no voy a escuchar ninguno de sus estúpidos mensajes […] Nunca sueñe que
los eventos se le revelan por medio del cielo, o puede llegar a ser como uno de
esos idiotas que se atreven a imputarles sus locuras flagrantes al Espíritu Santo.
Si usted siente tal ardor en su lengua por decir tonterías, atribúyaselas al diablo,
no al Espíritu de Dios. Cualquier cosa que el Espíritu deba revelarnos ya está en
la Palabra de Dios, pues él no añade nada más a la Biblia, y nunca lo hará.
Dejemos que las personas que tienen revelaciones de esto, aquello y lo otro
vayan a la cama y despierten en sus sentidos. Solo me gustaría que siguieran el
consejo y no insultaran más al Espíritu Santo al mentir con sus tonterías».19
«Ellos habían alcanzado la cumbre de la piedad. Habían recibido “los poderes del
siglo venidero”. No dones milagrosos, los cuales nos son negados en estos días,
sino todos esos poderes con los que el Espíritu Santo dota a un cristiano».20
«Las obras del Espíritu Santo que son concedidas en este momento a la iglesia de
Dios resultan en todos los sentidos tan valiosas como los dones milagrosos
anteriores que se han retirado de nosotros. La obra del Espíritu Santo, la cual
hace que los hombres sean despertados de su muerte en el pecado, no es inferior
al poder que hizo que los hombres hablaran en lenguas».21
«Como resultado de la ascensión de Cristo al cielo, la iglesia recibió apóstoles, los
hombres que fueron seleccionados como testigos porque habían visto en persona
al Salvador, un oficio que necesariamente se extinguió, y con razón, ya que el

poder milagroso también se retiró. Ellos resultaron necesarios de manera
temporal, y fueron dados por el Señor ascendido como un legado escogido. Los
profetas también pertenecen a la iglesia primitiva».22
«Debemos hacer que los no creyentes se conviertan; Dios tiene miríadas de sus
elegidos entre ellos, y debemos ir a buscarlos de una manera u otra. Muchas
dificultades se han eliminado ahora, todas las tierras están abiertas para nosotros,
y la distancia se ve casi descartada. Es cierto que no tenemos las lenguas
pentecostales, pero los idiomas se aprenden ahora con facilidad, mientras el arte
de la imprenta representa un equivalente completo del don perdido».23
GEORGE SMEATON (1814–1889)
«Los dones sobrenaturales o extraordinarios fueron temporales, y estaban
destinados a desaparecer cuando la iglesia se fundara y el canon inspirado de las
Escrituras quedara cerrado; ellos eran una prueba externa de una inspiración
interna».24
ABRAHAM KUYPER (1837–1920)
«Los carismas [los dones del Espíritu] deben por lo tanto considerarse en un
sentido económico. La iglesia es una gran familia con muchos deseos; una
institución que debe ser eficaz por medio de muchas cosas. Los dones son a la
iglesia lo que la luz y el combustible son a la familia, no existen para sí, sino para
la familia, y para ser puestos a un lado cuando los días son largos y cálidos. Esto
se aplica directamente a los carismas, muchos de los cuales, dados a la iglesia
apostólica, no son de utilidad a la iglesia del presente día».25
WILLIAM G. T. SHEDD (1820–1894)
«Los dones sobrenaturales de inspiración y milagros que los apóstoles poseían no
siguieron a sus sucesores ministeriales, porque ya no eran necesarios. Todas las
doctrinas del cristianismo se les habían revelado a los apóstoles y entregado a la
iglesia de forma escrita. No hubo más necesidad de una inspiración infalible. Y

las credenciales y la autoridad dada a los primeros predicadores del cristianismo
por medio de actos milagrosos no necesitaban continuar repitiéndose de era en
era. Una época de milagros bien autenticados es suficiente para establecer el
origen divino del evangelio. En un tribunal humano, no es necesaria una serie
indefinida de testigos. Los hechos se establecen “por boca de dos o tres testigos”.
El caso, una vez decidido, no se vuelve a abrir».26
BENJAMIN B. WARFIELD (1887–1921)
«Estos dones […] fueron parte de las credenciales de los apóstoles como los
agentes autorizados de Dios en la fundación de la iglesia. Su función los limita de
manera distintiva a la iglesia apostólica y necesariamente cesaron con ella».27
ARTHUR W. PINK (1886–1952)
«Así como hubo oficios extraordinarios (apóstoles y profetas) en el comienzo de
nuestra dispensación, del mismo modo hubo dones extraordinarios, y como estos
últimos no fueron designados por los primeros, una continuidad posterior nunca
fue la intención. Los dones dependían de los oficios: ver Hechos 8.14–21; 10.44–
46; 19.6; Romanos 1.11; Gálatas 3.5; 2 Timoteo 1.6. Ya no tenemos a los
apóstoles con nosotros, y por lo tanto los dones sobrenaturales (cuya
comunicación era una parte esencial de “las señales de un apóstol”, 2 Corintios
12.12) están ausentes».28
D. MARTYN LLOYD-JONES (1899–1981)
«Una vez que los documentos del Nuevo Testamento fueron escritos, el oficio de
profeta ya no resultó necesario. De ahí que en las epístolas pastorales, que se
aplican a una etapa posterior de la historia de la iglesia, cuando las cosas se
habían vuelto más estables y ordenadas, no hay ninguna mención de los profetas.
Está claro que incluso entonces el oficio de profeta ya no era necesario, y el
llamado a maestros y pastores y otros fue a exponer las Escrituras y transmitir el
conocimiento de la verdad.
»Debemos señalar de nuevo que a menudo en la historia de la iglesia el
problema ha surgido porque las personas pensaron que eran profetas en el

sentido del Nuevo Testamento, y que habían recibido revelaciones especiales de
la verdad. La respuesta a eso es que, en vista de las Escrituras del Nuevo
Testamento, no hay necesidad de más verdad. Esta es una afirmación absoluta.
Toda la verdad está contenida en el Nuevo Testamento, y no tenemos necesidad
de revelaciones adicionales. Todo ha sido dado, todo lo que es necesario para
nosotros está disponible. Por lo tanto, si un hombre dice haber recibido una
revelación de una verdad nueva, debemos sospechar de él inmediatamente […]
»La respuesta a todo esto es que la necesidad de profetas terminó una vez
que tuvimos el canon del Nuevo Testamento. Ya no necesitamos revelaciones
directas de la verdad; la verdad está en la Biblia. Nunca debemos separar al
Espíritu y la Palabra. El Espíritu habla a través de la Palabra, por lo que siempre
debemos dudar e indagar sobre cualquier supuesta revelación que no sea del todo
consecuente con la Palabra de Dios. En realidad, la esencia de la sabiduría es
rechazar por completo el término “revelación” en lo que a nosotros respecta y
hablar solo de “iluminación”. La revelación ha sido dada de una vez por todas, y
lo que necesitamos y lo que por la gracia de Dios podemos tener, y tenemos, es
la iluminación del Espíritu para entender la Palabra».

Amado hno.no pretendo hacerlo incrédulo, en el caso de que Ud.sea pentecostal, le pregunto: de que le ha servido creer o hablar en lenguas?
Seguramente ha escuchado  una profecía, visión, sueño, o que DIOS le habló a su pastor, al “ apóstol “, “ profeta “o hasta le han profetizado, pero todo sigue igual o nada pasó o cumplió!!, es muy normal en las Iglesias pentecostales ver este tipo de cosas, más bién sino se ven en cualquier Iglesia “ cristiana “, esa Iglesia está muerta, ahí no está EL SEÑOR.
Uno de los pseudoapostoles más emblemáticos de enlacetv, proclama que un siervo que no tenga “ la unción “, revelación, milagros o manifestaciones “ espirituales “ ( como él ) no es de DIOS!!!! He aquí la locura de un falso apóstol y falso profeta, un gran instrumento del reino de las tinieblas, guía de ciegos espirituales, lo siguen cientos de Pastores, tan ciegos como él.
Todo lo que Ud. ve en este canal de tv ( manifestaciones espirituales ), predicas, conciertos, campañas, y todo tipo de eventos espirituales, son producto de la locura pentecostal!!!!
Oro para que EL ESPIRITU DEL SEÑOR le ilumine su entendimiento al leer Las Escrituras y pueda Ud.huir de tanta falsedad.  

                                                                DIOS le bendiga.


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