lunes, 19 de noviembre de 2012
lunes, 12 de noviembre de 2012
DUREZA
DE CORAZÓN
"El hombre que reprendido endurece la cerviz, de
repente será quebrantado, y
no habrá remedio" (Proverbios 29:1).
La palabra hebrea para reprendido en este versículo se
refiere a la enseñanza
correctiva y las palabras para decir sin remedio
significan "sin cura, sin
posibilidad de liberación." Este versículo nos
dice, en primer lugar, que la
dureza de corazón es el resultado de rechazar
repetidas advertencias y hacer a
un lado todo el galanteo de la verdad. En segundo
lugar, nos dice que con el
tiempo tal dureza se hace imposible de curar.
Entonces, ¿quiénes son las
personas que más a menudo escuchan estas advertencias?
Supuestamente ellos son
cristianos; son quienes se sientan en la casa de Dios
cada semana a escuchar los
sermones de reprensión.
Usted puede preguntar, "¿Qué es exactamente un
corazón duro?" Es uno que
determinadamente se resiste a obedecer la Palabra de
Dios, es imposible de
mover e inmune a la reprensión y advertencias del
Espíritu Santo.
La trágica verdad es que a pesar de escuchar los
mensajes de fuego enviados
desde el cielo, multitudes de cristianos no practican
lo que oyen. Se niegan a
permitir la entrada de Dios en ciertas áreas de su
vida y mientras continúan
oyendo sin escuchar la dureza empieza a arraigarse.
Por el contrario, hay muchos pecadores cuya dureza de
corazón ha sido curada.
Al principio maldijeron a Cristo y enojados sacudieron
el puño en la cara de
Dios. Pero cuando oyeron el evangelio y sintieron el
reproche puro y amoroso
del Espíritu Santo, sus corazones se derritieron.
Ellos se arrepintieron y se
volvieron a Jesús.
La vida del hijo de Madalyn Murray O'Hair ilustra
esto. Había sido criado
probablemente, en el hogar más ateo en América y más
tarde trabajó para su
madre, en cruzadas contra Dios y la religión. Pero al
oír el evangelio, fue
gloriosamente salvo y se convirtió en un ministro,
predicando a Cristo en vez
de maldecirlo. La dureza de este hombre fue curable también
porque él no se
había sentado bajo sermones de reprensión para
continuamente rechazarlos.
En mi experiencia, el más duro corazón, la especie de
los incurables o
irremediables, siempre han estado al alcance de la voz
de la predicación
ungida por El Espíritu Santo. Tal dureza no existe en
frío, en iglesias
muertas o formales donde el evangelio ha sido
corrompido por generaciones. No,
siempre se encuentra donde una palabra pura se predica
desde el púlpito y es
rechazada en las bancas.
lunes, 5 de noviembre de 2012
HAY DE LOS QUE DESCIENDEN A EGIPTO
by David Wilkerson
“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su
esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son
valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! (Isaías 31:1)
El profeta Isaías advirtió a Israel que no había posibilidad de victoria
para ellos si intentaban luchar contra su adversario en su propia fuerza.
Isaías 31 describe un cuadro perfecto de la futilidad de tratar de hacer
batalla con el enemigo en nuestra capacidad humana. Yo creo que este capítulo
es un tipo y sombra de la falta de efectividad de nuestros esfuerzos actuales
para derrotar deseos, hábitos y pecados que nos acosan, confiando en ideas y
ayudas humanas.
En el momento en que Isaías escribió este mensaje de advertencia, el Rey
Senaquerib y el ejército Asirio ya habían marchado a través de Judá.
Habían capturado la mayoría de las ciudades a su paso, y ahora planeaban
sitiar Jerusalén. En Hebreo, la palabra Senaquerib significa “exitoso” y
Asiria significa “pecado en aumento”. En conjunto, estas dos palabras nos
proveen una imagen de un enemigo malvado que estaba teniendo gran éxito contra
el pueblo de Dios.
En efecto, Asiria representa a todo espíritu demoniaco y lujurioso que nos
ataca. Y Senaquerib es el diablo mismo, convencido de que tendrá éxito en
derrotarnos y llevarnos a la desesperación. Yo creo que Dios quiere
demostrarnos por medio de este capítulo como el diablo y sus huestes
demoniacas están trayendo olas de tentaciones contra la iglesia, con creciente
intensidad y mucho éxito.
Este capítulo también es un ejemplo de cómo el pecado aumentará en los
últimos días. La Escritura dice que la sociedad ira de mal en peor (Véase
2ª Timoteo 3:13) y que la iglesia será inundada con engaños y doctrinas de
demonios. Yo creo que estamos viendo esto suceder ahora mismo. Huestes
demoníacas se han infiltrado en todos los medios de comunicación y en toda
forma de tecnología, inundando nuestra cultura con sensualidad, desnudos y
perversiones de todo tipo. Como fue profetizado en Apocalipsis 12:15, Satanás
“arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río.”
by David Wilkerson
“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su
esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son
valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová! (Isaías 31:1)
El profeta Isaías advirtió a Israel que no había posibilidad de victoria
para ellos si intentaban luchar contra su adversario en su propia fuerza.
Isaías 31 describe un cuadro perfecto de la futilidad de tratar de hacer
batalla con el enemigo en nuestra capacidad humana. Yo creo que este capítulo
es un tipo y sombra de la falta de efectividad de nuestros esfuerzos actuales
para derrotar deseos, hábitos y pecados que nos acosan, confiando en ideas y
ayudas humanas.
En el momento en que Isaías escribió este mensaje de advertencia, el Rey
Senaquerib y el ejército Asirio ya habían marchado a través de Judá.
Habían capturado la mayoría de las ciudades a su paso, y ahora planeaban
sitiar Jerusalén. En Hebreo, la palabra Senaquerib significa “exitoso” y
Asiria significa “pecado en aumento”. En conjunto, estas dos palabras nos
proveen una imagen de un enemigo malvado que estaba teniendo gran éxito contra
el pueblo de Dios.
En efecto, Asiria representa a todo espíritu demoniaco y lujurioso que nos
ataca. Y Senaquerib es el diablo mismo, convencido de que tendrá éxito en
derrotarnos y llevarnos a la desesperación. Yo creo que Dios quiere
demostrarnos por medio de este capítulo como el diablo y sus huestes
demoniacas están trayendo olas de tentaciones contra la iglesia, con creciente
intensidad y mucho éxito.
Este capítulo también es un ejemplo de cómo el pecado aumentará en los
últimos días. La Escritura dice que la sociedad ira de mal en peor (Véase
2ª Timoteo 3:13) y que la iglesia será inundada con engaños y doctrinas de
demonios. Yo creo que estamos viendo esto suceder ahora mismo. Huestes
demoníacas se han infiltrado en todos los medios de comunicación y en toda
forma de tecnología, inundando nuestra cultura con sensualidad, desnudos y
perversiones de todo tipo. Como fue profetizado en Apocalipsis 12:15, Satanás
“arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río.”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)