El valor internacional del Vaticano ocultado por
empresas establecidas en paraísos fiscales supera un billón y medio de millones de
eurosen la actualidad, según publica Religión Digital citando al diario The
Guardian.
En septiembre del 2010, el Instituto para las
Obras de Religión ( IOR) fue investigado por la justicia italiana con sospecha
de lavado de dinero. Los
fiscales italianos congelaron 23
millones de euros utilizados
en “operaciones irregulares”. Después de un año de batalla legal, el dinero fue
desbloqueado, pero la investigación continúa. El banco siempre ha negado
irregularidades.
Según un informe realizado en base a datos
proporcionados por los gobiernos de Alemania y Suiza, el Vaticano se ubica
actualmente en el octavo lugar entre los países que lavan dinero. La revista Voltaire cita una
investigación de los diarios ingleses “London Telegraph” y “Inside Fraud
Bulletin”, que mencionan a la Ciudad del Vaticano como uno de los principales
Estados “cut out” como los otros ya existentes paraísos fiscales, tales que
Nauru, Macao y la isla Mauricio. Un Estado “cut out” es un Estado cuya legislación sobre el secreto bancario impide
toda posibilidad de rastrear o encontrar una pista sobre los orígenes de los
fondos financieros que son depositados o se colocan allí.
En el 2012, los periódicos italianos, publicaron
cartas secretas que apuntaban a un conflicto entre los miembros de más alto
rango del Vaticano sobre cómo el banco estatal debería tener transparencia en
sus transacciones financieras. Poco después, el
Departamento de Estado de EE.UU. puso por primera vez en la historia, al
Vaticano, en la lista de países vulnerables al lavado de dinero.
El estado más pequeño del mundo, donde además
del Papa viven apenas 800 personas, aparecía en la categoría de “preocupación”,
junto con países como Polonia, Egipto, Yemen, Hungría y Vietnam.
“Con los grandes volúmenes de moneda
internacional que pasan por la Santa Sede, es un sistema que se torna
vulnerable como un centro potencial de lavado de dinero”, dijo Susan
Pittman en su momento, de la división del Departamento de Estado que se encarga
de hacer cumplir la ley y el combate internacional de narcóticos.
Últimamente el
Banco Vaticano ha estado bajo presión creciente de funcionarios europeos y del Banco
de Italiapara que se deshaga de su reputación de paraíso fiscal y ponga sus prácticas en conformidad
con normas europeas de lavado de dinero y financiamiento de terrorismo, como
una de las condiciones para usar el euro. Hasta que se considere que cumple
cabalmente, el Vaticano
enfrentará mayores costos y dificultades para encontrar bancos con los cuales
hacer negocios.
Von Freyberg dijo que el Banco Vaticano había
adquirido mala reputación a lo largo de los años, en parte debido a su propia
falta de comunicación con el mundo exterior y en parte por lo que llamó
“difamación” en los medios y una tendencia italiana a buscar teorías de
conspiración.
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