sábado, 21 de abril de 2012


PROMESAS





Nuestra gran necesidad de paciencia se repite a lo largo del libro de Hebreos:



     • “Cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por

otro mayor, juró por sí mismo diciendo....Y habiendo esperado con paciencia,

alcanzó la promesa. (Hebreos 6:13-15, itálicas mías).

     • “A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de

aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (6:12).

     • “Pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la

voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (10:36).



Dios nos ha dado maravillosas promesas -romper toda atadura del pecado, darnos

poder para vencer todo dominio del pecado, darnos un nuevo corazón, limpiarnos

y santificarnos, conformarnos a la imagen de Cristo. Su palabra nos asegura,

“A aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha

delante de su gloria con gran alegría”(Judas 24).



No obstante, Dios hace todas estas cosas en su tiempo, acorde a su itinerario

divino. Él no tiene fechas límite que lo presionen. Él ignora todas las

demandas que apelan a una cura instantánea y total. En resumen, la verdadera

fe demanda de nuestra parte que pacientemente esperemos en el Señor. Nuestra

respuesta a Él debiera ser, “Señor, yo creo que tú eres fiel a tu Palabra.

Y por el poder de tu Espíritu dentro de mi, voy a esperar pacientemente hasta

que hagas que estas cosas sucedan en mi vida. Mi responsabilidad es permanecer

en la fe, esperando en ti.”



Tal vez usted soportará terribles tribulaciones y tentaciones. E incluso usted

podrá escuchar horribles mentiras que Satanás le suspirará al oído. En

ocasiones, usted podrá fallar. Es más, usted podrá preguntarse si algún

día alcanzará la meta. Sin embargo, mientras usted soporte sus aflicciones, si

usted simplemente se agarra de su fe con paciencia -confiando en que Dios está

obrando, guardando su Palabra, siendo Jehová Tsidkenu—Él lo verá como

justo. Él ha hecho un juramento, “Por fe, usted recibirá la promesa.”



Pablo nos brinda lo que Dios define como justo en Romanos 4:20-23: “[Abraham]

Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció

por la fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también

poderoso para hacer todo lo que había prometido.Por eso, también su fe le fue

contada por justicia. Pero no solo con respecto a él se escribió que le fue

contada.”



La Biblia no lo puede dejar más claro. La justicia es creer en las promesas de

Dios, estar completamente convencidos de que Él cumplirá su palabra. De manera

contraria, la incredulidad es tambalearse ante sus promesas, dudar que Dios

hará lo que prometió.

Amados hnos.DIOS es soberano,si nos sometemos a EL a pesar de las pruebas o tribulaciones por las que estamos pasando,tendremos la victoria asegurada,lo contrario es rebelarse a SU voluntad,que es perfecta.

Debemos dar gloria a DIOS en las pruebas,asi como lo hacemos cuando recibimos una gran bendición.



DIOS les bendiga mucho.


No hay comentarios: